Jorge Iván Bula, profesor de la Escuela de Economía de la FCE UN.
El precario crecimiento económico del país en el 2017, que se ubicará entre el 1,8 y 2 %, es el resultado de políticas que siguen favoreciendo la extracción de materias primas sobre la promoción de industrias basadas en la innovación y la tecnología. Así lo enfatiza el economista Jorge Iván Bula, profesor de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia, quien considera que Colombia no aprovechó la devaluación de los últimos dos años para aceitar y poner en marcha la débil industria nacional y, por ende, las exportaciones.
“Tenemos una economía desacelerada en lo fundamental y afectada por la apuesta en el sector de hidrocarburos, que es deleznable por el comportamiento de los precios internacionales. Si bien, este año el déficit comercial fue menor (6.000 millones de dólares) que el del 2016 (9.000 millones), la balanza comercial sigue siendo negativa. Esto se ha traducido en mayor desempleo, el cual se ubicará en un 10 % para las 12 ciudades principales, y en un 11 % para todo el país al finalizar el año”, señala el académico.
Uno de los temas preocupantes del año que cierra, agrega, es el comportamiento del endeudamiento externo: alrededor de 30 mil millones de millones de pesos, que es un incremento alto del crédito externo asumido por Colombia. También se prevé que el país cerrará esta vigencia con un déficit de presupuesto cercano al 3 % sobre el PIB. No obstante, el experto dice que en la actualidad se observa una leve recuperación del precio del crudo y eso permitiría una reactivación modesta de algunos sectores, pero sujeto a las variaciones del mercado internacional.
El profesor Bula asegura que, debido a ese pobre desempeño, el país todavía no consolida un sistema óptimo de gasto social. Eso se refleja en el frágil incremento de la inversión en educación (3 % del PIB) y en salud (2 %). “De lo que corresponde a educación, el 2,7 % son transferencias a los departamentos y municipios y al sistema general de preferencias. Al hablar de educación superior los saldos son aún más limitados, porque estamos enmarcados en una política de subsidio a la demanda y una reducción importante al subsidio a la oferta de la educación pública en particular”.
En cuanto al mercado laboral, el docente sostiene que se mantienen los sesgos de género en cuanto a la remuneración de hombres y mujeres. Ellos, en promedio, reciben un millón 200 mil pesos y ellas, 900 mil.
Sobre las perspectivas para el 2018, asegura que se estima un leve crecimiento del PIB, cercano al 3 %. Esto bajaría de nuevo a un dígito el desempleo, aunque como es de esperarse en el contexto nacional, no se traduciría en mayor calidad del empleo o que fuese sostenible en el tiempo. “En términos generales, el próximo año seguirá una economía bastante precaria y habrá poco optimismo; será difícil, en el corto plazo, regresar a tasas de crecimiento del 4 o 5 %, que era lo que se esperaba para el 2019, coincidiendo con los 200 años de independencia, pero estamos muy lejos de esa meta”.
* Vea la video columna del profesor Jorge Iván Bula sobre este tema