El Nobel de Economía y los aprendizajes para Colombia.
Este año los economistas Daron Acemoglu, Simon Johnson y James A. Robinson fueron
galardonados con el Premio Nobel de Economía, por sus investigaciones en materia de
desarrollo, pobreza y la influencia de las instituciones políticas.
Frente al Nobel la Real Academia Sueca de Ciencias puntualizó: “Reducir las enormes
diferencias de renta entre países es uno de los mayores retos de nuestro tiempo. Los
galardonados han demostrado la importancia de las instituciones sociales para lograrlo”,
Los economistas, del MIT y la Universidad de Chicago, se enfocan en analizar los factores
que determinan la prosperidad en las naciones, a través del papel de las instituciones.
Desde la FCE quisimos ahondar en este tema a través de los docentes expertos, algunos
de los que han tenido relacionamiento directo con el economista James A. Robinson, quien
fue un invitado especial del doctorado en Economía de la UNAL en el año 1999, además ha
sido invitado como conferencista.
La decana de la Facultad de Ciencias Económicas, Liliana Chicaíza, considera que los
galardonados de este año y sus investigaciones son un referente para analizar las políticas
de cada país y sociedad, “el trabajo de estos autores sobre el impacto de las instituciones
extractivas o inclusivas resalta el tipo de estudios que se hacen hoy en día que abordan el
problema del crecimiento desde distintos ángulos, incluyendo historia, econometría y
análisis político. Es una visión más amplia que la tradicional que reducía todo a una
ecuación.”
El profesor y director de la Escuela de Economía de la FCE, Óscar Benavides, indica que
“el premio Nobel de Economía 2024, otorgado a los profesores Acemoglu, Johnson y
Robinson forma parte de un reconocimiento que se ha venido dando desde hace cerca de
tres décadas a la importancia que tienen las instituciones en el desempeño económico. Las
instituciones definidas como "las reglas del juego en una sociedad", delimitan las acciones
económicas y políticas (derechos y deberes) de los miembros de la sociedad. En ese
sentido, las reglas del juego pueden ser determinantes del éxito o del fracaso económico y
social de las naciones. Acemoglu, Johnson y Robinson han realizado aportes significativos
al identificar cómo el diseño de los mecanismos que gobernarán una sociedad, así como su
implementación, es decir, el proceso de poner en marcha dichas instituciones, son
fundamentales para el éxito o fracaso de las economías y, en general, de las sociedades.
Sus trabajos han ayudado a mostrar los límites del mercado como mecanismo de
organización económica y la necesidad de desarrollar un marco de opciones posibles y
deseables para lograr el bienestar de la sociedad.”
Indagamos sobre el panorama actual de Colombia y la posibilidad de poner en marcha
algunas de las propuestas de los galardonados con el Premio Nobel.
¿Qué políticas o iniciativas del libro “Por qué fracasan los países” se pueden aplicar
al contexto de nuestro país?
Profesor Óscar Benavides: En el caso colombiano los aportes de los galardonados tienen
gran importancia porque uno de los grandes problemas que ha tenido nuestro país es un
conjunto de instituciones que no se ha diseñado para solucionar los problemas socio
económicos del país. Según James Robinson, por ejemplo, el principal problema de
Colombia en términos de diseño e implementación de sus instituciones radica en su
carácter históricamente excluyente.
En sus investigaciones Acemoglu y Robinson argumentan que las instituciones colombianas
han sido diseñadas para beneficiar a una élite, excluyendo a grandes grupos de la sociedad
del poder político y económico. Este diseño y posterior implementación ha perpetuado la
desigualdad, la inequidad y la inestabilidad, lo que ha obstaculizado el desarrollo económico
de todo país. Robinson, que ha sido un estudioso y conocedor de la situación de Colombia,
ha sostenido que nuestras instituciones son rentísticas y que han concentrado el poder y
los recursos en manos de unos pocos, lo que ha generado conflictos sociales y políticos
prolongados, afectando de manera negativa el crecimiento económico, la distribución del
ingreso y en general el bienestar de la mayoría de la población colombiana. En lugar de
fomentar un crecimiento productivo y equitativo, las instituciones en Colombia han permitido
la perpetuación de privilegios para ciertos grupos, impidiendo la movilidad social y la
creación de un entorno económico dinámico e inclusivo necesario en un mundo globalizado.
Este hecho se vuelve claro cuando analizamos problemas específicos como la corrupción,
que representa la debilidad del estado de derecho y la falta de acceso a la justicia para
amplios sectores de la población. Esto ha resultado en un círculo vicioso de violencia,
desigualdad y bajo desarrollo. Para romper este ciclo, Robinson propone que Colombia
requiere de instituciones más inclusivas, que permitan la participación de todos los sectores
de la sociedad en la toma de decisiones y en los beneficios del crecimiento económico.
Desde una perspectiva personal, he identificado que, en Colombia, los problemas derivados
del mal diseño e implementación de las instituciones han dado origen a lo que yo llamo la
"tríada perversa" violencia, ilegalidad e ineficiencia, que vistos de manera conjunta o incluso
de manera separada están presentes en muchos, sino todos los problemas socio
económicos de nuestro país.
Decana Liliana Chicaíza: La recomendación es el cambio institucional. Pero quisiera
enfatizar el papel de la educación. La educación contribuye al crecimiento y ayuda a formar
círculos virtuosos de crecimiento. Ahora bien, en ese libro las instituciones económicas
generan incentivos para que las familias se concentren en la educación, mientras las
instituciones políticas generan incentivos para que los gobiernos inviertan en ella. En ese
sentido la educación es buena para el crecimiento pero tiende a ser el resultado de las
instituciones. Es primordial hacer énfasis en la capacidad que tiene la educación para
ayudar a transformar la sociedad en ese sentido.
En la Universidad Nacional de Colombia, los programas especiales dirigidos a mejores
bachilleres de municipios pobres, y a minorías étnicas, contribuyen a la formación de líderes
en las minorías que hayan tenido acceso a buena educación y contribuyan a fomentar
instituciones inclusivas en las regiones. Al formar a las siguientes generaciones, la
educación es crucial para promover instituciones más inclusivas y mayor prosperidad.
#SomosFCE ¡Por una facultad de excelencia con vocación de servicio!
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